El protocolo, ¿Se cumple en el hecho cultural como proceso comunicacional?
Sin nos vamos al termino protocolo como tal, tomaremos la definición que
del mismo hace (J.A. Urbina). Protocolo. Regla ceremonial diplomática o
palatina. Disciplina que determina las formas bajo las cuales se
realiza una actividad humana importante por decreto o por costumbre.
Pautas bajo las cuales se desarrolla un determinado acto o evento.
Epistemologicamente hablando podemos alegar que el hecho cultural se
visualiza en este concepto, ya que por lo general son ceremonias
religiosas, siendo una de las forma como se realiza las actividad
sociales por costumbre e importantes para una comunidad determinada,
pasando a ser un evento, por la organización que se cumple.Pasemos a
relacionar el hecho cultural con el concepto ceremonial. Ampliando
averiguación pasamos a revisar el término ceremonial, que podemos
definir de la siguiente manera. Los acontecimientos especiales, y sobre
todo las ceremonias que conforman todo hecho social cultural,
constituyen desde la más remota antigüedad la mayoría de acciones de
relaciones públicas emprendidas a lo largo de la historia, y esta
circunstancia ha supuesto la identificación de la gestión cultural con
la disciplina protocolar en sí misma, tanto por parte de la sociedad en
general, como por los activistas sociales, que han logrado identificar
las partes con conformas el todo. Por otro lado, actos o eventos
tradicional y exclusivamente por el saber cultural han sido tomados en
cuenta, ocupando un lugar de honor entre los denominados, medios o
instrumentos demostrativos, ceremonias de carácter público o privado,
como los que tienen lugar ocasionalmente en la vida de las
organizaciones comunitarias. Ceremonial conjunto de formalidades para la
celebración de determinado ceremonial que se debe observar en cada una
de las solemnidades de la Iglesia. Según la real Academia. Realizando el
análisis de este concepto diremos que también se cumple ya que los
ceremoniales son a temáticas específicas, Santorales. De lo anterior
obtenemos otros elementos que nos permiten decir que el hecho cultual,
tiene dos condiciones esenciales para ser un evento, tiene un protocolo y
un ceremonial. En cuanto a si es un evento comunicacional.
Mencionaremos un fragmento de una de las propuestas planteadas en
recientes congresos de eventos. En la última década del siglo XX han
comenzado a aparecer algunos autores (Marín Calahorro, 1997; Laforet,
1997; Otero, 2000) que, superando el tradicional enfoque del protocolo
desde la diplomacia, el derecho público, la logística o la mera
organización de actos lo vinculan a las teorías de la comunicación. Muy
lentamente comienza a imponerse la consideración del protocolo como un
poderoso código de comunicación no verbal que regula los ámbitos
espacio-temporales en que se desenvuelve el poder establecido a través
de un corpus de normativa legal y reglas consuetudinarios de aplicación y
análisis tremendamente complejo y especializado. Comparando estos
planteamientos, con el hecho cultural, se puede determinar que el enlace
con este enfoque comunicativo se efectúa a través de los
acontecimientos especiales, acciones de relaciones públicas
organizacionales especialmente eficaces y de gran capacidad de
convocatoria y difusión que los convierte en instrumentos de primer
orden para conseguir los objetivos comunicacionales necesarios para su
difusión, y desarrollo con éxito. Afortunadamente, los nuevos
profesionales e investigadores surgidos en las últimas décadas de las
aulas universitarias han superado ya esta visión parcial y reduccionista
de las relaciones públicas, consideradas por el Foro de Vic1 «una
disciplina científica que estudia la gestión del sistema de comunicación
a través del cual se establecen y mantienen relaciones de adaptación e
integración mutua entre una organización o persona y sus públicos». En
el mismo orden de ideas, lo antes mencionado hace referencia a una
organización comercial, en cuanto a un acto social popular, la
integración es natural entre el /los organizadores, y el publico que los
acompaña, ya sea por tradición o por solidaridad, Y en cualquier caso,
siempre es mejor preguntar, que actuar por nuestra cuenta, a riesgo de
hacerlo mal, pues las costumbres son muy diversas, y podemos "molestar"
sin darnos apenas cuenta. Lo que para algunas culturas tiene un
determinado significado para otras nos parece totalmente extraño, pero
no por ello debemos dejar de actuar de un modo respetuoso. Un talante
abierto, nos permitirá actuar en cada momento de la forma más adecuada.
Precisamente el protocolo trata de aunar esfuerzos para que estos
"problemas" no surjan en grandes actos o eventos con diferentes culturas
y participantes. Para Dircom. Un evento de calidad es una herramienta
de comunicación que persigue objetivos claros, concretos (para la
empresa). Que es capaz de sorprender creando momentos únicos (cada
evento debe ser diferente). Que emociona y hace que se potencie aún más
el recuerdo posterior. Que es eficiente ajustando la creatividad al
presupuesto. Y que es capaz de lograr un feedback inmediato. En las
comunidades se cumple cabalmente con todas estas permisas, el hecho
cultural es por excelencia un medio de comunicación, con objetivos
claros, cada actividad o evento es único, son eficientes, con marcada
creatividad y ajustados a un presupuesto. Cada evento se organiza de
acuerdo a los principios de organización protocolar a saber: Durante
Evento- Gestión del organizador (seguimiento y control de todas las
actividades, consecución de objetivos con ejecución impecable, capacidad
de oganización). Durante Protocolo- Ejecución del programa, de las
acciones previstas. Después Evento- Medición de resultados (Análisis,
histórico de las actividades planteadas). Revisión del protocolo,
evaluación, en el mismo orden de ideas, para Jorge Daniel Salvati,
Presidente del Consejo Consultivo de la OICP (Organización Internacional
de Ceremonial y Protocolo), ofreció unas pinceladas de protocolo
internacional donde explicó que existen cuatro principios: 1- Respeto a
la identidad cultural. (Este punto el la base de todo hecho cultural).
2- La igualdad de los estados (en la acción cultural es la igualdad de
participación). 3- La reciprocidad (en la acción cultual se cumple ya
que todos trabajan en y para todos). 4- Reconocimiento y honor
social (los reconocimientos los otorga la comunidad y el honor social de
organizador del evento). En las comunidades se realizan eventos menos
comerciales, y con mayor conexión humana, por ende comunicacional. Donde
la comunicación es más precisa, más directa, más inmediata y más real.
Con menos lujo, más sostenibles donde se desarrolla una de las
expresiones de su cultura y de su sistema de valores. De lo antes
expuesto se desprende que el protocolo y los eventos constituyen, sin
duda, una herramienta de comunicación estratégica transversal que
traslada al día a día los valores teóricos de las personas y comunidades
donde se realizan. Por lo que la comunicación no debe basarse en el producto, sino más bien en una emoción humana. Según Olivero Toscani. La
amplia oferta cultural actual conlleva una gestión profesional y
rigurosa de la misma para llegar hasta sus públicos, comunicándose con
estos a la vez que se logra comunicar esa amplia oferta de actividades
culturales. Las organizaciones comunitarias desarrollan sus actividades,
que son de gran interés para su entorno por tratarse de excelentes
ocasiones para difundir identidad y mensajes colectivos, donde les
conviene identificar su universo de eventos y crear o potenciar alianzas
culturales. Estas actuaciones se llevan a cabo mediante practicas
avanzadas de gestión pública en forma empírica, pero efectiva, donde
encontramos un lugar destacado con la correcta aplicación de los
ceremoniales, que definen la identidad cultural, aplicando las normas de
protocolo, estando claros en que la imagen percibida por los
participantes es idéntica en cualquier coyuntura temporal o lugar
geográfico. En ambos casos, ceremonial y protocolo indican a los
distintos tipos de públicos cómo han de presentarse y cuál es su
ubicación espacio-temporal en el imaginario relacional del evento. Como
ya hemos indicado, los acontecimientos especiales constituyen una
excelente ocasión para mostrar ante la comunidad el universo
organizacional así como para identificar el posicionamiento que cada
participante asume respecto a la organización y a los demás en ese lugar
e instante concreto. Nunca el objetivo de un acto es el acto en sí
mismo, esta es una visión reduccionista que aleja de un planteamiento
contemporáneo de la profesión y remite al funcionario-tecnócrata de
épocas pasadas. Hemos de detenernos a pensar en los publirrelacionistas
dedicados al protocolo como en directores de comunicación especializados
en la gestión de la no-verbalidad, de los espacios y tiempos en que se
desenvuelven autoridades y personalidades del ámbito social cultural
emanado de la ciudadanía, donde es imposible acertar en la organización
de un evento si no se dispone de la información oportuna tal como:
Espacio-temporales: materiales (escenografía, mobiliario, decoración,
símbolos) e inmateriales (música, olores, iluminación), su conjunción
otorga unas condiciones estéticas propias a cada evento. Socializan a
los participantes en el acto (perfume, ornamentos, vestimenta,
gestualidad). Con una clara Definición del mensaje a transmitir
distribución de los espacios y centros de atención principal y
secundario. Todo esto nos conduce a que. Sólo si se conocen los
objetivos se podrá definir el éxito comunicacional de los eventos.