domingo, 14 de octubre de 2012

todocultura


El protocolo, ¿Se cumple en el hecho cultural como proceso comunicacional?

Sin nos vamos al termino protocolo como tal, tomaremos la definición que del mismo hace (J.A. Urbina). Protocolo. Regla ceremonial diplomática o palatina. Disciplina que determina las formas bajo las cuales se realiza una actividad humana importante por decreto o por costumbre. Pautas bajo las cuales se desarrolla un determinado acto o evento. Epistemologicamente hablando podemos alegar que el hecho cultural se visualiza en este concepto, ya que por lo general son ceremonias religiosas, siendo una de las forma como se realiza las actividad sociales por costumbre e importantes para una comunidad determinada, pasando a ser un evento, por la organización que se cumple.Pasemos a relacionar el hecho cultural con el concepto ceremonial. Ampliando averiguación pasamos a revisar el término ceremonial, que podemos definir de la siguiente manera. Los acontecimientos especiales, y sobre todo las ceremonias que conforman todo hecho social cultural, constituyen desde la más remota antigüedad la mayoría de acciones de relaciones públicas emprendidas a lo largo de la historia, y esta circunstancia ha supuesto la identificación de la gestión  cultural con la disciplina protocolar en sí misma, tanto por parte de la sociedad en general, como por los activistas sociales, que han logrado identificar las partes con conformas el todo. Por otro lado, actos o eventos tradicional y exclusivamente por el saber cultural han sido tomados en cuenta, ocupando un lugar de honor entre los denominados, medios o instrumentos demostrativos, ceremonias de carácter público o privado, como los que tienen lugar ocasionalmente en la vida de las organizaciones comunitarias. Ceremonial conjunto de formalidades para la celebración de determinado ceremonial que se debe observar en cada una de las solemnidades de la Iglesia. Según la real Academia. Realizando el análisis de este concepto diremos que también se cumple  ya que los ceremoniales son a temáticas específicas, Santorales. De lo anterior obtenemos otros elementos que nos permiten decir que el hecho cultual, tiene dos condiciones esenciales para ser un evento, tiene un protocolo y un ceremonial. En cuanto a si es un evento comunicacional. Mencionaremos un fragmento de una de las  propuestas planteadas en recientes congresos de eventos. En la última década del siglo XX han comenzado a aparecer algunos autores (Marín Calahorro, 1997; Laforet, 1997; Otero, 2000) que, superando el tradicional enfoque del protocolo desde la diplomacia, el derecho público, la logística o la mera organización de actos lo vinculan a las teorías de la comunicación. Muy lentamente comienza a imponerse la consideración del protocolo como un poderoso código de comunicación no verbal que regula los ámbitos espacio-temporales en que se desenvuelve el poder establecido a través de un corpus de normativa legal y reglas consuetudinarios de aplicación y análisis tremendamente complejo y especializado. Comparando estos planteamientos, con el hecho cultural, se puede determinar que el enlace con este enfoque comunicativo se efectúa a través de los acontecimientos especiales, acciones de relaciones públicas organizacionales especialmente eficaces y de gran capacidad de convocatoria y difusión que los convierte en instrumentos de primer orden para conseguir los objetivos comunicacionales necesarios para su difusión, y desarrollo con éxito. Afortunadamente, los nuevos profesionales e investigadores surgidos en las últimas décadas de las aulas universitarias han superado ya esta visión parcial y reduccionista de las relaciones públicas, consideradas por el Foro de Vic1 «una disciplina científica que estudia la gestión del sistema de comunicación a través del cual se establecen y mantienen relaciones de adaptación e integración mutua entre una organización o persona y sus públicos». En el mismo orden de ideas, lo antes mencionado hace referencia  a una organización comercial, en cuanto a un acto social popular, la integración es natural entre el /los organizadores, y el publico que los acompaña, ya sea por tradición o por solidaridad, Y en cualquier caso, siempre es mejor preguntar, que actuar por nuestra cuenta, a riesgo de hacerlo mal, pues las costumbres son muy diversas, y podemos "molestar" sin darnos apenas cuenta. Lo que para algunas culturas tiene un determinado significado para otras nos parece totalmente extraño, pero no por ello debemos dejar de actuar de un modo respetuoso. Un talante abierto, nos permitirá actuar en cada momento de la forma más adecuada. Precisamente el protocolo trata de aunar esfuerzos para que estos "problemas" no surjan en grandes actos o eventos con diferentes culturas y participantes. Para Dircom. Un evento de calidad es una herramienta de comunicación que persigue objetivos claros, concretos (para la empresa). Que es capaz de sorprender creando momentos únicos (cada evento debe ser diferente). Que  emociona y hace que se potencie aún más el recuerdo posterior. Que es eficiente ajustando la creatividad al presupuesto. Y que es capaz de lograr un feedback inmediato. En las comunidades se cumple cabalmente con todas estas permisas, el hecho cultural es por excelencia un medio de comunicación, con objetivos claros, cada actividad o evento es único, son eficientes, con marcada creatividad y ajustados a un presupuesto. Cada evento se organiza de acuerdo a los principios de organización protocolar a saber: Durante Evento- Gestión del organizador  (seguimiento y control de todas las actividades, consecución de objetivos con ejecución impecable, capacidad de oganización). Durante Protocolo- Ejecución del programa, de las acciones previstas. Después Evento- Medición de resultados (Análisis, histórico de las actividades planteadas).  Revisión del protocolo, evaluación, en el mismo orden de ideas, para  Jorge Daniel Salvati, Presidente del Consejo Consultivo de la OICP (Organización Internacional de Ceremonial y Protocolo), ofreció unas pinceladas de protocolo internacional donde explicó que existen cuatro principios: 1- Respeto a la identidad cultural. (Este punto el la base de todo hecho cultural).  2- La igualdad de los estados (en la acción cultural es la igualdad de participación). 3- La reciprocidad (en la acción cultual se cumple ya que todos trabajan en y para todos). 4- Reconocimiento y honor social (los reconocimientos los otorga la comunidad y el honor social de organizador del evento). En las comunidades se realizan eventos menos comerciales, y con mayor conexión humana, por ende comunicacional. Donde la comunicación es más precisa, más directa, más inmediata y más real. Con menos lujo, más sostenibles donde se  desarrolla una de las expresiones de su cultura y de su sistema de valores. De lo antes expuesto se desprende que el protocolo y los eventos constituyen, sin duda, una herramienta de comunicación estratégica transversal que traslada al día a día los valores teóricos de las personas y comunidades donde se realizan.  Por lo que la comunicación no debe basarse en el producto, sino más bien en una emoción humana. Según  Olivero ToscaniLa amplia oferta cultural actual conlleva una gestión profesional y rigurosa de la misma para llegar hasta sus públicos, comunicándose con estos a la vez que se logra comunicar esa amplia oferta de actividades culturales. Las organizaciones comunitarias desarrollan sus actividades, que son de gran interés para su entorno por tratarse de excelentes ocasiones para difundir identidad y mensajes colectivos, donde les conviene identificar su universo de eventos y crear o potenciar alianzas culturales. Estas actuaciones se llevan a cabo mediante practicas avanzadas de gestión pública en forma empírica, pero efectiva, donde encontramos un lugar destacado con la correcta aplicación de los 
 ceremoniales, que definen la identidad cultural, aplicando las normas de protocolo, estando claros en que la imagen percibida por los participantes es idéntica en cualquier coyuntura temporal o lugar geográfico. En ambos casos, ceremonial y protocolo indican a los distintos tipos de públicos cómo han de presentarse y cuál es su ubicación espacio-temporal en el imaginario relacional del evento. Como ya hemos indicado, los acontecimientos especiales constituyen una excelente ocasión para mostrar ante la comunidad el universo organizacional así como para identificar el posicionamiento que cada participante asume respecto a la organización y a los demás en ese lugar e instante concreto. Nunca el objetivo de un acto es el acto en sí mismo, esta es una visión reduccionista que aleja de un planteamiento contemporáneo de la profesión y remite al funcionario-tecnócrata de épocas pasadas. Hemos de detenernos a pensar en los publirrelacionistas dedicados al protocolo como en directores de comunicación especializados en la gestión de la no-verbalidad, de los espacios y tiempos en que se desenvuelven autoridades y personalidades del ámbito social cultural emanado de la ciudadanía, donde es imposible acertar en la organización de un evento si no se dispone de la información oportuna tal como: Espacio-temporales: materiales (escenografía, mobiliario, decoración, símbolos) e inmateriales (música, olores, iluminación), su conjunción otorga unas condiciones estéticas propias a cada evento. Socializan a los participantes en el acto (perfume, ornamentos, vestimenta, gestualidad). Con una clara Definición del mensaje a transmitir distribución de los espacios y centros de atención principal y secundario. Todo esto nos conduce a que. Sólo si se conocen los objetivos se podrá definir el éxito  comunicacional de los eventos.